En mis primeros años como estudiante de Ingeniería era común hacer trabajos prácticos sobre localización de plantas, diseño o mejora de procesos, calidad de producto, para aprobar las materias e ir tanteando el medio productivo.
Era muy común que los docentes te comentaran proyectos en los que habían participado y uno soñara con "hacer una fábrica". Realmente nos sentíamos capaces de hacerlo, y con todos los trabajos prácticos, considerábamos que teníamos "suficiente experiencia" para hacer una fábrica, dirigirla, y quien te dice, venderla.
Luego, mi carrera laboral me llevó por diferentes experiencias, pero nunca tuve la posibilidad de participar de un proyecto de "hacer una fábrica" desde cero.
Hoy no solo me encuentro diseñando una planta, sino también colaborando en el diseño del proceso, los dispositivos, la maquinaria y sumado a eso, generando vinculación con la comunidad científica para que la experiencia tenga mas impacto.
Esta fábrica marcará una nueva forma de producir, de usar y de compartir los productos. Ya les contaré.
No importa que producto se fabricará allí. Lo que importa es que el sistema funciona. ¿Qué sistema? El de los sueños y su concreción.
2 comentarios:
Ari, no sos solo un soñador, sos un loco realizador! Éxito en todo. Y que sigas iluminando a los que te rodean, ven o escuchan hablar de vos!
De qué se trata? El bambú me da alguna idea (?). Muy bueno, espero detalles. Abrazo
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