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Me explotó la cabeza

Durante esta semana que está terminando tuve una epifanía. Una especie de revelación sobre mi comportamiento ante determinados sucesos.
Me interesa compartir el aprendizaje mas allá del problema. Entiendo que quienes puedan llegar a leer este blog busquen ideas o posteos relacionados a negocios, innovación y algunas herramientas.
Lo que sucedió tiene que ver en cómo tomamos decisiones y qué hacemos con el resultado de estas. En general, solemos "visualizar" la forma en que tomaremos una decisión y el impacto que generará. Es mas bien un deseo, porque no podemos controlar todo.
Lo vi en mi cabeza de un modo absolutamente claro, lo “visualice” como dicen ahora los coach, esa versión bilingüe y sobre educada de los taxistas.
Pero es real que por mas que querramos contentar a todos, siempre habrá una o mas personas que dirán que la decisión fue egoísta, ambiciosa e incluso destructiva. Aún en contra de nuestros deseos.
¿Debemos ocuparnos de esto? ¿O solo dejar que ocurra? ¿Hay que dejar a todos conformes?

La respuesta es no. Y la pregunta posterior es: ¿Qué deseo que suceda con esto que decidí? Tiene que haber una (o a lo sumo dos) intenciones concretas y que están relacionadas al bienestar propio y luego al del negocio o proyecto.

Con esto no quiero justificar que te tiene que chupar un huevo todo. Pero la culpa no debe formar parte de ese desenlace. La amistad, el amor, el progreso de tus colaboradores, la rentabilidad de tu cliente y todos aquellos a los que esta decisión salpicará. El tiempo, todo lo cura.
Y aún cuando la decisión que tomemos no cumpla con lo que deseemos que suceda, es lo que nuestros recursos intelectuales lograron definir.

Todos retoman sus blogs menos vos

Estamos viendo nuevas formas de comunicarnos, de trabajar, de coordinar equipos y de agregar valor.
Los lives de IG (además de las historias y posteos) apabullan a aquellos que queríamos ver solo gente feliz viajando y comiendo rico.
De repente, aquellas células dormidas, llamadas contactos de whatsapp, te invitan (con ID y pass) a su exposición en zoom. Para esto, arman un flyer e imperativamente te dicen "no podes perderte esta actividad" (en su horario habitual de las 3 de la mañna).

En toda esta superoferta de contenidos y encuentros, pensé en comenzar un podcast. La idea la tenía desde hace mas de 1 año, pero siempre pensé que había 2 chances de que te escuchen: a) ser famoso; b) invitar a famosos. Nadie quiere escuchar tu historia, dicen por ahí.

Y aquí vuelvo al blog. A Innovolando. El primer posteo fue el 13 de junio de 2009. Casi 4000 días atrás. Sigo pensando igual. Tenía 28 años.
Desde entonces, el camino fue largo, sinuoso, accidentado y con mucho aprendizaje.

Hoy, 30 de abril de 2020, retomo mis reflexiones. La innovación sigue teniendo el mismo componente de humo, hay mas gurúes y eventos. Veremos si es posible, como lo fue en su momento, levantar la cabeza y respirar un poco de cordura y sentido común.

Los espero por acá.


¿quién dijo que no se puede?


En la consultora que dirijo estamos constantemente trabajando en procesos de cambio.
Yo soy Ingeniero Industrial y no recibí formación precisa sobre el tema del cambio.
Me explicaron como analizar una situación determinada e identificar las causas por las cuales eso está así (así de bien o así de mal). También me enseñaron a llevar adelante un proyecto respetando los tiempos y cuidando el presupuesto.

Ahora bien. ¿Es posible conocer el tiempo de adopción de una nueva metodología? ¿Cuánto influye el tipo de estructura de la organización (verticalista o democrática)? Con el solo hecho de "no querer", ¿pueden los usuario sabotear un cambio? ¿Vale la pena esforzarse para motivar a las personas al cambio?
Son preguntas que aparecen.

A nosotros nos contratan para eso, para acompañar el cambio, pero ¿Quién soy yo para decir que algo debe cambiar? Mas allá de lo metodológico, ¿Por qué deben hacerme caso?



Hackeá tu bici! Primeros pasos de un Makerspace en Rosario

Hoy sábado 11 de Julio finalizó el evento Hackeá tu bici!. Consistió en 3 encuentros donde los asistentes, unas 10 personas, pensaron y diseñaron nuevos productos e ideas relacionadas a las bicicletas. Sucedió en Rosario los días 3, 4 y 11 de Julio.



¿Cuáles fueron los objetivos?
Vincular a las personas en un espacio colaborativo; pensar innovaciones; fabricarlas con herramientas y materiales; detectar talento.
¿Quiénes estuvimos detrás de esto?
Personas que entendemos que la innovación debe materializarse para visualizarse y que los espacios de trabajo colaborativo catalizan el proceso de innovación.
¿Qué buscamos a corto plazo?
Diseñar procesos de innovación colectiva donde la fabricación y el prototipado sean la primera instancia de prueba y colaboración de los productos. También buscamos divertirnos.

La frase motora que nos inspira es:
"Pensar con las manos, construir algo o probar algo, y luego hablar de ello. No al revés."
Perry Klebahn








Si bien es solo el comienzo, no vamos a detenernos en la búsqueda de nuevos eventos, encuentros y hackeos!



Quiero un premio

Existen pocas cosas tan lindas como la de ganarse un premio por mérito propio. (creo que hasta un premio consuelo)
Pero hablo de un premio por vencer, lograr, llegar. Con reglas que cumplir. Con reglas claras que cumplir.
Suele pasar a veces que cambiamos la importancia de quien entrega el premio automáticamente después de haber ganado.
¿Quién inventó los premios? ¿Qué mecanismo del cerebro o del sistema nervioso moviliza? ¿Es posible cansarnos de los premios?



P.d: Primer intento de volver a escribir en el blog

¿Fuerte al medio o abajo a colocar?

Hace varias semanas que no escribo en el blog.
El intenso trabajo y la dedicación hacen que los hobbies, como escribir en el blog, pasen a un segundo plano. ¿es acaso el intenso trabajo una consecuencia de sostener preguntas y reflexiones? Me respondo que si y que por eso no hay que dejar lo que alguna vez fue vanguardia (en mi espacio personal por lo menos).

Al estar involucrado en muchos proyectos de diferente envergadura e intensidad siempre me pregunto cuál es el mejor momento para comunicarlo. Además del timing me pregunto que tan fuerte hay que contar las cosas.
Estamos acostumbrados a que las cosas exitosas son masivas o con impacto en muchas personas.
¿Es lo mismo cambiarle el modo de gestión de la producción a un grupo de 10 supervisores de Pymes que dictar una charla para 1200 estudiantes de ingeniería? ¿Quién tiene la autoridad para decir que una es mas importante que otra?

Últimamente uso mucho la metáfora del zoom. Creo que hay que desarrollar la capacidad de mirar las cosas que nos pasan moviendo la ruedita del mouse, acercando y alejando la situación.
Muchas situaciones son muy enriquecedoras personalmente, es decir, con el zoom bien cerca de uno.
Por ejemplo, las cosas que hacemos por placer propio. Claramente con el zoom puesto en uno. Si nos alejamos un poco, puede incluso ser una clara venta de humo. Pero durante la ejecución, nos enriquecemos mucho individualmente y nos sirve para hacernos mas fuertes, experimentados y creativos.
Por otro lado, usamos toda nuestra experiencia y saber para modificar la realidad de un grupo selecto de personas. Aquí el zoom ya está puesto cerca y al alejarlo, nos invitamos a extrapolarlo. Si pude aportar a una pequeña causa, ¿por qué no para muchos? Si pude ayudar a 2 empresas, ¿cuánto me falta para hacerlo con 10 o 100? Al alejar el zoom, se nos llena el alma de preguntas.

Ok. Mientras sufro esta confusión, sigo pensando y dejo la pregunta:
Si los proyectos y la innovación fueran un penal: ¿Fuerte y al medio para ganar el partido o abajo a colocar para salir en la tapa del diario?