Este blog siempre se ocupó de cosas relacionadas a la innovación o bien compartiendo otras que inspiraron a pensar de otra manera.
Hoy, como rosarino, tengo la necesidad de descargar tanta angustia y bronca por la tragedia (accidente, incidente, explosión, desidia, o como lo terminemos llamando).
Como ingeniero siempre me pregunto por qué ocurren las cosas. Pero para esta oportunidad no tengo capacidad para siquiera hacer la pregunta. Las imágenes que pasan por la tele, la web y los audios de la radio me llevan por lugares que no creo haber transcurrido nunca.
Rosario, mi ciudad. El barrio, cerca de mis viejos. Un edificio, como en el que vivo. Gente ausente, que podrían ser mis amigos o compañeros de la facu. Rescatistas, que solo veo en películas o en noticieros de otros países. La esperanza, de que ocurra un milagro.
No podemos acelerar nada. Las cosas tiene -de la peor manera- sus tiempos naturales.
Solo me (nos) queda ser un espectador mas e intentar no preguntarme por qué pasan las cosas.
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