Acabo de terminar de leer el libro Makers. The new industrial revolution, escrito por Chris Anderson.
Me gustaría poder hacer una breve conclusión acerca de la hermosa y revolucionaria experiencia que fue leerlo e introducirme en el mundo Maker.
Durante 2012 conocí el Santiago Maker Space en Chile. No había conocido nada igual antes. Ni siquiera a través de alguna web o video que me muestre un espacio para fabricar, básicamente, lo que quisiera. Recuerdo que cuando entré al Maker de Santiago experimenté una sensación de vacío. Todas mis ideas (que por ser mías, eran geniales) se fueron automáticamente de mi ser. Había que repensar nuevas cosas ya que a partir de ahora, en un Maker se iba a hacer realidad.
El 15 de mayo llegó a mi correo el libro en cuestión. No a mi correo postal sino a mi correo electrónico. Básicamente me mandaron un libro por mail. Y yo lo abrí con el Kindle (versión tableta).
No suelo ser de los early adopters que consumen todo lo nuevo que aparece. De hecho, tardé muchísimo en bajar música y películas en internet. Con los libros me pasó lo mismo. Leer desde una pantalla no era lo que mas deseaba.
Y este comentario no es de relleno, ya que una de las cosas que más me fascinó del libro es este concepto de bits y de átomos.
Para el autor, en la nueva revolución industrial, los átomos son los nuevos bits. ¿Lo qué?
El plantea que coexisten dos mundos hoy: el de los bits (redes sociales, blogs, foros, software de diseño, crowdsourcing, crowdfunding, etc.) y el de los átomos (tornos CNC, cortadoras láser, impresoras 3D, matrices, soldadoras, circuitos, etc).
Y lo que está ocurriendo en estos momentos (si, ahora!) es una mezcla mágica entre los dos mundos, donde las personas comparten información y materializan sus ideas en objetos reales, mejorados por la comunidad que ya entiende de que se trata esto de compartir.
Estos objetos que se fabrican no son hechos por grandes fábricas ni en Taiwan. Se fabrican aquí, a 5 km de tu casa, donde existen impresoras 3D, scanner 3D, cortadoras láser, máquinas CNC, y otras herramientas de escritorio que permiten prototipar y experimentar en pequeños volúmenes las ideas que tenemos (o bajamos de internet).
Y esto se potencia y magnifica con el movimiento MAKER (como el de Santiago de Chile)
Vamos a un ejemplo: cualquiera de los lectores de Innovolando tiene una idea. Esta idea es un dispositivo que permite enfriar rápidamente la bebida para las comidas en la temperatura que desee (frío, calor, congelado). Es una idea y solo eso. Pero ahora decide llevarla a la realidad. Entonces entra en un foro donde expertos en ingeniería comparten circuitos y códigos que logran llevar los líquidos a distintas temperaturas. Accede a documentos (los baja) que explican esto y los entiende (si tiene dudas, la comunidad se las responde).
Luego, en otro foro, distintos diseñadores proponen diferentes contendores de bebida en formatos con mucha estética y ergonomía. Estos diseños están disponibles (siguen siendo bits)
Entonces, ya tenemos el dispositivo y la tecnología. Todo en la compu. Ahora hay que fabricarla.
Ahora, con un poco de entusiasmo, el ideólogo se acerca al Maker mas cercano y lleva en un pendrive todos las instrucciones para armar su prototipo.
Imprime la carcasa. Arma el circuito. Ensambla. Lo prueba. Funciona.
Lo lleva a su casa y -como es una persona muy sociable- se lo muestra a muchos amigos, que de repente quieren ese producto.
El inventor puede subir compartir su idea con sus amigos y estos pueden ir a su MAKER mas cercano para fabricarlo e incluso mejorarlo. También puede hacer un negocio subiendo la idea a Kickstarter para lograr financiamiento.
Increíble, ¿no? Los átomos son los nuevos bits.
Por último, y haciendo una conclusión mas local, creo que esto no es algo que solo puede suceder en el primer mundo. Las tecnologías cada vez mas baratas han democratizado el acceso a todos los dispositivos que mencioné y el desafío es lograr motivar y entusiasmar a los inventores a compartir los átomos como bits.
El libro Maker marcó en mi un punto de quiebre en mi forma de ver la manufactura y en como compartimos las ideas para hacerlas posibles, desde pasarnos un libro hasta materializar un objeto que mejore la vida de las personas.
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