Cada intervención que hacemos nos representa y lleva contenida nuestra historia. Es una forma muy simple de decir que somos nuestra historia.
Muchas veces hacemos conclusiones y comentarios que repetimos de alguna fuente conocida. Frases de libros, comentarios de algún "gurú" e incluso intentamos un gol con la mano como lo hizo Maradona.
¿Es posible separar las cosas que nos influencian de las que realmente replicamos? ¿Podemos diferenciar "el porcentaje" de influencia y el que viene genuino? ¿Somos genuinos o una sumatoria de influencias?
Creo que en los procesos de innovación siempre se parte de una o mas situaciones conocidas y ajenas, para luego apropiarse de una parte como influencia para construir algo nuevo. No hay cosas nuevas, sino nuevos enfoques.
Entonces, como consejo, a la hora de presentar algo nuevo, es importante homenajear a nuestras influencias y saber que parte corresponde a nuestra capacidad de unir y combinarlas.
Agradecer es la base de la innovación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario