Siempre miré de cerca esto de la vanguardia. A veces mas cerca, otras no tanto.
Lo que me llamó la atención es esta cosa de hacer cosas nuevas, innovadoras, nunca vistas antes. Solía ir a las charlas de Endeavor, CAEII, TED y otras y me preguntaba: ¿Cómo hacen para pensar algo que no tiene precedentes? ¿Quién les dice cual es el primer paso?
En varias oportunidades el tiempo me dijo que en verdad, estos "vanguardistas", solo traían cosas "de afuera", teniendo la oportunidad de ver el futuro en su casa matriz.
Hoy, como reza el título, llegué a un espacio de vanguardia. De una forma u otra, la vanguardia es como la innovación: debemos contextualizarla para determinarla. Finalmente estoy sentado en la mesa de los que piensan una empresa, una región, un país.
¿Cómo fue que llegué aquí? Llegué a los ponchazos, por tomar decisiones, por charlar sin pensar con quien charlaba, por tener este blog, por hacer amigos (y enemigos), por contratar gente equivocada, por desconfiar, pero por sobre todo, porque sabía que quería estar acá.
Mi conclusión es que la vanguardia es así. Es criticable, imprevisible, solemne, divergente, divertida, difícil de crearla, de mantenerla, de pensarla. Pero cuando la probas, no la queres dejar más.
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